1. Vientre más plano. Este tipo de alimentos procesados industrialmente, pierden su fibra y parte de sus valores nutricionales. Además, ralentizan el metabolismo y favorecen la acumulación de grasas. Cuando se abandonan de la dieta y se opta por productos ricos en fibra, el intestino se limpia de manera natural y el abdomen se deshincha.
2. Fin al estreñimiento. Al reducir el consumo de harinas, el cuerpo absorbe mejor la fibra y ayuda a tener una mejor digestión.
3. Control de triglicéridos y colesterol. El consumo excesivo de este tipo de harinas aumenta las grasas que llegan al torrente sanguíneo.
4. Mejor circulación sanguínea. La presión alta se normaliza y el corazón late a buen ritmo.
5. Más energía. Las harinas refinadas ralentizan el metabolismo, dificultan la digestión y provocan esa sensación de “pesadez”, al abandonar su consumo, el cuerpo se resetea.
6. Algunas alternativas: prepara snacks saludables como fruta de temporada o crudités de verdura. Opta por harina de arroz o garbanzos para preparar tus platos favoritos o consume bebidas saciantes como batidos verdes, manzanilla o leche de avena.
Un plato perfecto, sano y delicioso, para verano y para cualquier dieta baja en carbohidratos es el Ceviche de corvina y langostinos