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Aída en el Templo de Debod

La representación tuvo lugar el domingo 20 de junio, Día Europeo de la Música.

Con motivo de la celebración del Día Europeo de la Música, los madrileños pudieron disfrutar de Aída, una de las obras más representativas de Verdi. El lugar elegido fue el Templo de Debod, en el distrito de Moncloa-Aravaca, sin duda de las edificaciones más emblemáticas del distrito y de Madrid y el mejor escenario posible para una historia que tiene lugar en el antiguo Egipto.

Se trata de la segunda ocasión en que el Templo de Debod sirvió como marco a la representación de una ópera completa. La primera vez fue justo hace un año, ante más de 4.000 personas; entonces fue el Don Giovanni de Mozart el título para festejar este día dedicado a la música.

Trasladado piedra por piedra desde su ubicación original a orillas del Nilo en 1970, los 2.200 años de antigüedad del Templo de Debod sirvió de escenario natural a la representación de una de las óperas más populares del compositor italiano. Aunque la ausencia de ruido es prácticamente total en este emplazamiento, los cantantes actuaron con micrófonos inalámbricos y  un potente equipo de sonido para amplificar los instrumentos de los músicos, que acompañaron en directo la representación. Para que el público pudiese seguir la representación cómodamente se instalaron 4.000 sillas frente al Templo de Debod y se distribuyeron botellas de agua entre los asistentes junto con el programa de mano. La representación dio comienzo a las 20.30 h. y la entrada era libre.

Compuesta por Verdi para la inauguración del Canal de Suez, aunque estrenada con posterioridad, en 1871 en el Teatro de Ópera de El Cairo, Aída narra la historia de amor entre una princesa etíope, esclava en Egipto, y Radamés, comandante de las tropas del faraón que ocuparon la tierra de Aída. A este amor se oponen Amonasro, padre de Aída, que exige venganza, y Amneris, hija del faraón, que también ama a Radamés. La ambientación exótica se convierte en parte esencial de la atmósfera musical, que incluye un uso más sofisticado de la orquesta y dramáticos efectos instrumentales. Verdi adaptó su estilo a los gustos de la Grand Ópera francesa, estructurándola en cuatro largos actos e incorporando grandes coros y escenarios monumentales.

La versión que se presentó en el Templo de Debod contó con la dirección de Ignacio García, uno de nuestros directores de escena con más proyección nacional e internacional, quien hasta abril de 2009 ha desempeñado el cargo de Adjunto a la Dirección Artística del Teatro Español de Madrid. La dirección musical corrió a cargo de Sergio Kulhmann, que dirigió a un grupo formado por 20 músicos; Ignacio Pilone actuó como director del coro y Madalit Lamazares se ocupó de la dirección artística. Los principales papeles fueron interpretados por los cantantes Dolores Granados, en el papel de Aída; José Cuevas, Radamés; Tea Demurishvili, Amneris; Claudio Malgesini, Amonasro; Armando del Hoyo, Ramfis; y Francisco Santiago como Rey de Egipto.

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