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Aravaca reclama la retirada de las torres y cables de alta tensión abandonados

La asociación vecinal Osa Mayor se ha reunido con el Director General de Industria de la Comunidad de Madrid, Carlos López Jimeno, para abordar la problemática.

“La preocupación vecinal es grande pues solamente han retirado las torres y cables que había en El Barrial para edificar cerca de 1500 pisos, actualmente en fase de construcción, dejando los que afectan directamente a miles de vecinos y que suponen un riesgo físico para ellos, que no comprenden, ni nuestra asociación tampoco, como se puede tener tan poco interés por parte de los diferentes Organismos para retirar definitivamente las mencionadas torres y cables, problema que seguramente solucionarían de inmediato si ocurriera algún accidente por desprendimiento o caída de alguna torre, máxime cuando una de ellas (calle Almanzora), está sujeta por tensores a tierra”. El párrafo forma parte de una misiva que Osa Mayor remitió a principios de septiembre al Defensor del Pueblo con copia al Director General de Industria, Energía y Minas de la Comunidad de Madrid, Carlos López Jimeno.

En la reunión López Jimeno indicó que el Gobierno regional está cumpliendo los plazos de pagos acordados con Iberdrola y que ésta tiene intención de finalizar el desmontaje de las líneas antes de que termine el primer trimestre de 2011.

Si, como ha ocurrido otras veces, las palabras de la eléctrica caen en saco roto, la asociación vecinal Osa Mayor ha amenazado con volver a llevar la protesta a la calle.

Preocupados por las nocivas consecuencias que puede generar la prolongada exposición a emisiones electromagnéticas, hace 20 años los vecinos y vecinas de Osa Mayor de Aravaca comenzaron su lucha para eliminar la alta tensión del barrio. En 1992, consiguieron que los tres grupos municipales (PP, PSOE e IU) acordaran alejar los cables de las viviendas y en 1997 el Defensor del Pueblo remitió un informe a las Cortes Generales demandando la “ejecución inmediata” del soterramiento de éstos, toda vez que excedían “notablemente las intensidades consideradas sanitariamente admisibles”. En febrero del año siguiente, el propio Fiscal de Medio Ambiente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid puso una fecha límite para la eliminación del cableado aéreo ya que atentaba contra “los derechos fundamentales a la salud, al disfrute del medio ambiente y a una vivienda digna”: ocho años. El plazo se cumplió y los cables seguían ahí. Pero por fin, después de varias fechas prometidas e incumplidas por la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, en septiembre de 2008 se clausuró una parte de la red aérea, el circuito Majadahonda-Ventas, y el 15 de mayo de 2009 la otra parte, propiedad de Red Eléctrica Española, la red Otero-Ventas, lo que libró al vecindario del molesto e inquietante zumbido de la alta tensión.

Los habitantes de Aravaca esperan ahora que el proceso se complete con la retirada definitiva de la chatarra que suponen las torres y el cableado.

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