El extenso patrimonio arbóreo de la ciudad necesita cuidados para mantenerse en las mejores condiciones y evitar riesgos para los viandantes. La teniente de alcalde y delegada de Medio Ambiente, Ana Botella, ha detallado ayer los trabajos de la Campaña de Poda del Ayuntamiento de Madrid, que empieza por estas fechas y se extiende a toda la época de parada vegetativa, es decir, hasta marzo de 2011. Son, ha explicado Botella, 240 jardineros los que se encargan de poner a punto 40.789 árboles, de los que 7.888 son de alineación y el resto, 32.901, están ubicados en parques y jardines.
Los operarios cuentan para estas tareas con 48 plataformas elevadoras y 56 camiones de carga. Los restos vegetales de la poda se trasladan a la planta de compostaje de Migas Calientes, donde se tratan al año unos 6 millones de kilogramos de restos que se transformarán en cerca de 4 millones de kilogramos de compost y mulch para su reutilización en zonas verdes. La herramienta base de los trabajos es el inventario informatizado del arbolado madrileño, en el que cada uno de los ejemplares tiene un ‘carné de identidad' en el que se detallan más de 30 parámetros, entre ellos edad, situación geográfica, especie o estado fitosanitario.
Las actuaciones se ejecutan con el máximo respeto a la biología del árbol, adaptando el tipo de poda a la forma, estructura y características de cada especie. Incluyen la eliminación de ramas bajas, chupones y muñones; limpieza de ramas mal formadas o en deficiente estado fitosanitario; acortamiento de ramas con excesivo peso o longitud, que suponen un riesgo de rotura y caída; pinzado de ramas que favorecen la inclinación del árbol, o equilibrado de copa.
Reutilización
La Planta de Tratamiento de Residuos Vegetales de Migas Calientes, donde se llevan los restos de la poda para su transformación y posterior reutilización, comenzó a funcionar en noviembre de 1997 y está situada entre el río Manzanares y la M-30, con una superficie de 15.000 metros cuadrados.
Antes, los restos vegetales se apilaban y se dejaban fermentar de forma natural, de forma que, con cierto tiempo, se obtenía un mantillo que se aportaba al suelo mejorando visiblemente la vegetación. La Planta de Migas Calientes permite llevar a cabo dicho proceso, denominado compostaje, de manera controlada y sobre un gran volumen de materia orgánica.