Con el fin de detectar problemas oculares a tiempo, desde Multiópticas, recomendamos revisiones oftalmológicas periódicas (preferiblemente, una vez al año o, al menos, una cada dos años). De este modo, sabrás si debes graduar unas gafas para ti o para tus hijos o si debes modificar su graduación antes de que comience el nuevo curso.
Para los más peques
¿Qué ocurre tras el verano?
Tras prolongadas exposiciones al sol, a la arena y al cloro, pueden desarrollarse problemas como sequedad, irritación o picor ocular. Una visita al óptico optometrista permitirá averiguar el tratamiento más adecuado para mantener la salud visual de los peques de la casa.
¿Sabes a partir de qué edad deberías realizar la primera revisión ocular de tus hijos?
Si no desarrollan problemas de visión previos, la primera revisión debería ser a los 3 años de edad, con el fin de detectar defectos refractivos, ojo vago o, simplemente, prevenir futuros problemas que afecten al rendimiento escolar.
Si tus hijos, al leer, se saltan renglones, se tapan un ojo para leer o se ayudan con el dedo, podrían haber desarrollado defectos refractivos.
¿Sabes si tus hijos pueden necesitar gafas?
A menudo, los peques con problemas de visión no tienen la capacidad de comunicar que no ven bien simplemente porque no son conscientes de ello. Por esta razón, antes de que comience su nuevo año escolar, es recomendable revisar su vista y evitarás que posibles problemas de visión influyan en sus resultados académicos.
Para los no tan peques
¿Qué ocurre tras el verano?
Si ya has llevado a tus hijos a su revisión, ¡No te olvides de ti! Pues en verano también podrías haber desarrollado conjuntivitis o problemas en la córnea.
¿Qué patologías oculares podrían afectarte?
Una visita a tu óptico optometrista (una vez al año o, al menos, una vez cada dos años) te permitirá detectar a tiempo posibles patologías (distintas a la miopía, astigmatismo o hipermetropía) como el glaucoma (que reduce de forma progresiva la visión periférica), la fatiga ocular o las cataratas (que causan una visión borrosa) para evitar un diagnóstico tardío y la posible pérdida irreversible de visión. Además, el oftalmólogo determinará también si es necesario que cambies tus gafas o tus lentes de contacto habituales.
Según tu tipo de rostro:
Según tu tipo de piel: