¿Qué es el síndrome genitourinario (SGM)?
Debido a sus numerosos receptores hormonales, la vagina, vulva, vías urinarias y suelo pélvico se ven afectados por el síndrome genitourinario o SGM, que es como hoy se llama a la otrora atrofia vaginal, vaginitis atrófica o atrofia urogenital de la menopausia. Por fin, se reconoce y se pone remedio a un problema que estaba desatendido a pesar de producir cambios anatómicos, fisiológicos y funcionales en más de la mitad de las mujeres a nivel mundial.
Tal y como explican el Dr. Juan José Escribano y la Dra. Gloria Rodea, responsables de la unidad de ginecología regenerativa en IML, “la carencia estrogénica y otros esteroides sexuales como los andrógenos en la menopausia producen cambios en el área vulvovaginal y en el tracto urinario que se engloban dentro del síndrome genitourinario de la Menopausia, definición acuñada por la North American Menopause Society 2014. Puede cursar con síntomas genitales o síntomas urinarios. Entre los primeros son comunes “la sequedad, irritación, ardor, falta de lubricación, dolor y ligeros sangrados durante las relaciones. Entre los urinarios -explican- están la disuria (dolor al orinar), urgencia miccional e infecciones urinarias”
La prevalencia en España del SGM oscila entre el 52,4% de los datos arrojados por el International Health’s Study, el 70% del estudio Genisse y el 90% de la Encuesta Epidemiológica Vulvovaginal Europea (EVES).
Dispaurenia
Sequedad vaginal, escozor, picor, quemazón, incontinencia urinaria y vaginitis de repetición por alteración de la microbiota vaginal son afecciones comunes producidas por la pérdida natural de estrógenos, que se suman a la falta de deseo sexual o al dolor persistente durante las relaciones. También llamado DISPAURENIA, es un malestar intenso y recurrente, que interfiere de forma negativa en las relaciones íntimas y que es más frecuente a nivel vestibular (entrada vaginal). Según datos facilitados por el estudio español REVIVE sobre la mayor muestra de población femenina hasta la fecha, la dispaurenia es el síntoma más molesto para las mujeres postmenopáusicas sexualmente activas.
Salud genitourinaria
Ginecología regenerativa
También llamada ginecología funcional, es el conjunto de tratamientos médicos que bioestimulan y restauran la anatomía, apariencia y funcionalidad del aparato genital femenino. “De todos ellos -explican los doctores Escribano y Rodea- destacamos el láser intravaginal, que es el que utilizamos en IML por ser una alternativa segura y eficaz, incluso en pacientes con patología médica previa”
La tecnología láser ejerce una estimulación por calor de los propios mecanismos biológicos, para reparar y regenerar los tejidos de la zona genital, sin dañar estructuras vecinas. El estímulo sobre el fibroblasto, activa la formación de nuevas fibras colágenas y elásticas, así como de otras sustancias fundamentales en el tejido pélvico de sostén como proteoglicanos, glicosaminas o ácido hialurónico.
Además, aumenta la neovascularización con el consiguiente incremento del flujo sanguíneo. El mayor aporte de nutrientes a la mucosa vaginal ocasiona una mayor permeabilidad e hidratación, así como una regeneración y mejoría de vagina, vulva y región periuretral.
Ventajas
Resultados
Sesiones
Se realizan cada 4 ó 6 semanas hasta un total de 3, que es la pauta publicada en revistas científicas para una mayor eficacia. Se recomienda una sesión anual de mantenimiento.
PVP