Con el aumento de las temperaturas, se multiplica la producción de sudor. En primavera-verano se produce una sudoración excesiva que puede ir acompaña de una sensación de pudor. Sin embargo, nadie se libra de este proceso de sudoración, pues es una señal de que tu cuerpo está demasiado caliente y necesita enfriarse evaporando el agua de la piel para enfriarla.
¿Por qué sudamos?
Emociones fuertes, actividad física, temperaturas abrasadoras... En primavera y verano, el sudor nos acompaña hasta bien entrada la noche. Y si la sudoración a veces puede resultar molesta, sigue siendo un fenómeno fisiológico absolutamente necesario. "Las zonas más propensas a la sudoración son, sobre todo, las axilas, las manos, la planta de los pies, la frente, el pecho o la espalda. Y sí, a veces nos molesta la idea de cambiarnos constantemente de ropa (sobre todo porque la sudoración puede llegar a ser muy molesta (y olorosa), sobre todo en personas que padecen hiperhidrosis), esta reacción fisiológica nos mantiene en buen estado de salud, en particular evacuando el calor de nuestro cuerpo, cuando éste se enfrenta a altas temperaturas", cuenta la farmacéutica.
No es coincidencia que las saunas, los hammams y otras técnicas que promueven la transpiración hayan existido durante miles de años. La transpiración es la evacuación del sudor a través de los poros de la piel. Es manejado en el cerebro por el hipotálamo que juega un papel fundamental en la regulación de la temperatura corporal. la función principal de la transpiración es permitir que la temperatura en la superficie de la piel se mantenga en 32°C y que internamente no supere los 37°C. En otras palabras, en la piel están las glándulas sudoríparas y justo debajo de ellas tienes circulación sanguínea. Las glándulas sudoríparas medirán, por tanto, la temperatura del cuerpo y, en función, secretarán sudor para permitir evacuar el exceso de calor.
Sudoración: la clave para una piel sana, pero sin acumularlo
"Sudar no solo se trata de mantener la temperatura corporal de nuestro cuerpo. Ayudará a limpiar los poros evacuando el exceso de sebo, pero también a formar una película protectora en el exterior de la piel para protegerla. De hecho, el sudor contiene poderosos péptidos antimicrobianos, que brindan a la piel una protección natural contra los agentes que causan el acné, como los gérmenes y las bacterias. Sin embargo, no hay que dejar que la transpiración se acumule y se seque en la piel, de lo contrario puede generar imperfecciones.
Uno de los daños colaterales de la sudoración excesiva es el acné, tanto facial como corporal. El 80% de los adolescentes lo padecen, pero también el 40% de las mujeres adultas. Y es que, las espinillas son el gran caballo de batalla, pero tienen solución, siempre y cuando se utilicen los principios activos adecuados. El ácido salicílico o los retinoides son los mayores aliados para pieles acneicas, fruto de la sudoración excesiva. Ayudan a reducir los comedones, calmar la hinchazón y atenuar las cicatrices. El ácido azelaico también es una buena solución ya que se tolera mejor y reduce tanto las lesiones propias del acné, como las manchas que muchas veces van asociadas a este problema cutáneo", cuenta la farmacéutica.
¿A qué se debe la sudoración excesiva?
La sudoración excesiva generalmente se define como tal cuando interfiere con las actividades diarias y causa angustia emocional. Hay muchas razones. La menopausia y el embarazo aumentan la probabilidad de experimentar sus efectos adversos, como sofocos y una sudoración extra. Los trastornos de las glándulas sudoríparas son la causa común de cualquier problema relacionado con el sudor y pueden provocar sudoración excesiva, disminución de la sudoración e incluso ausencia total de sudoración.
La hiperhidrosis no es una afección potencialmente mortal, pero puede tener un impacto negativo en la calidad de vida y provocar aislamiento social y sentimientos de timidez. Puede afectar a la mayor parte del cuerpo, pero comúnmente afecta a las axilas, las manos y los pies.
Las condiciones médicas subyacentes, como tener una tiroides hiperactiva (hipertiroidismo), diabetes, niveles bajos de azúcar en la sangre (hipoglucemia), también pueden provocar sudoración excesiva, sudores nocturnos e intolerancia al calor. La obesidad y el alcoholismo también pueden desencadenar episodios de sudoración intensa.
Tips para tratar la sudoración excesiva
Desde Farmacia Avenida América hemos realizado una guía de pasos a seguir para controlar la sudoración excesiva este verano: