Con esta iniciativa, la sanidad pública madrileña pretende abrir una nueva posibilidad terapéutica que se basa en la utilización de las células madre mesenquimales del propio enfermo. Son multipotenciales y pueden obtenerse de diferentes tejidos, como médula ósea, grasa corporal o cordón umbilical. Una de sus capacidades es la de regular la respuesta inmune del organismo.
Hasta la fecha, hay tres pacientes que van a participar en esta investigación, que va a evaluar primero la seguridad del procedimiento y, después, la respuesta clínica al mismo. A los pocos días desde la administración de este tratamiento puede conocerse si está teniendo algún efecto beneficioso o no. El objetivo es mejorar el control de la enfermedad con los menores efectos secundarios posibles.
Los afectados no sólo sufren las consecuencias de la crisis epiléptica en sí, sino también secuelas en la función motora y un deterioro cognitivo importante. De hecho, llegan a perder su capacidad de comprensión, lenguaje expresivo y también pueden experimentar trastornos psiquiátricos como alteraciones en la conducta.
En la actualidad, estos menores son tratados con fármacos anticrisis, así como con corticoides o inmunoglobulinas, entre otros. A veces, se puede llegar a realizar cirugía (hemisferectomías), pero no siempre se consigue un control de la sintomatología o, si se alcanza, es con un alto grado de secuelas.
El Hospital público Infantil Universitario Niño Jesús es referente nacional en este tipo de epilepsias que afectan a niños. En el caso del síndrome de Rassmussen, es el centro público sanitario que más casos atiende de toda España.