La tecnología láser se ha convertido en una de las mejores aliadas de la dermatología y la medicina estética para el tratamiento de diferentes patologías, así como para combatir el envejecimiento cutáneo. Sin embargo, aún quedan dudas por resolver cuando nos encontramos ante la indecisión de apostar por el IPL o los diferentes tratamientos con láser.
El Dr. Manuel Ballesteros, especialista en dermatología médico-quirúrgica de IMR, nos da las claves de estos dos tratamientos estéticos no invasivos que se emplean para mejorar la apariencia de la piel, minimizar arrugas, líneas de expresión, lentigos o manchas solares e incluso tratar problemas, como el acné o la rosácea. Ambos métodos se sirven de la energía de la luz para estimular la producción de colágeno y elastina, lo que da como resultado un rostro más suave, firme y joven. El equipo de especialistas de IMR combina ambos tipos de tecnología y los incluye en protocolos con otras terapias para conseguir mejores resultados.
En IMR, centro de dermatología de vanguardia, cuentan con numerosos tratamientos que se sirven de estas dos técnicas cuya principal diferencia reside en la capacidad selectiva del láser, frente a la versatilidad del IPL. Los láseres son selectivos en cuanto a que tienen una longitud de onda concreta. Por su parte, el IPL es versátil al emitir con una longitud de onda entre 400 y 1.200 nanómetros. De esta manera, se consiguen mejorar simultáneamente, tanto patologías vasculares como pigmentarias en cada sesión.
Ambos tratamientos pueden requerir de varias sesiones para lograr resultados óptimos, y el tipo de tratamiento más adecuado para cada paciente depende del problema específico a tratar, así como de sus expectativas. Por ese motivo, el Dr. Manuel Ballesteros recomienda consultar a un dermatólogo experto en láseres o dispositivos emisores de energía con experiencia para determinar el tratamiento más adecuado en su caso. En ambos casos, añade, es esencial seguir un cuidado posterior y proteger la piel del sol para mantener los resultados a largo plazo.
El láser facial (luz amplificada por emisión estimulada por radiación) actúa sobre todas las capas de la piel, incluidas las más profundas, consiguiendo, a través de luz terapéutica, penetrar en aquellas áreas donde existen alteraciones e imperfecciones. Además, al alcanzar la dermis más interna estimula la producción de colágeno, aportando elasticidad y firmeza y la regenera, eliminando todo tipo de manchas o lesiones. Sin embargo, los tratamientos con láser, explica el Dr. Manuel Ballesteros, pueden variar en función del tipo de láser utilizado. Nos encontraremos con láseres con un efecto térmico, como en el caso de la depilación, y otros con efecto mecánico como el láser Q-Switched o de picosegudos. A la hora de realizar un tratamiento de rejuvenecimiento facial será clave elegir el cromóforo sobre el que queremos actuar:
Por otro lado, añade, también se pueden clasificar los láseres según la rapidez con la que emiten su energía: pulso largo (milisegundos) o pulso corto (nano y picosegundos).
La elección del láser facial para rejuvenecer rostro, cuello o escote depende del dermatólogo, quien valorará y determinará, según las necesidades de cada paciente, el tipo de láser más adecuado en cada caso. De hecho, la tecnología láser es capaz de tratar manchas, acné, alteraciones vasculares, patologías como la rosácea, arrugas, falta de luminosidad, flacidez y otras imperfecciones faciales. Estos son algunos de los láseres más empleados en dermatología y medicina estética:
La Luz Pulsada Intensa (IPL, por sus siglas en inglés), hace referencia a una de las tecnologías más actuales para el rejuvenecimiento de la piel, la cual se sirve de los pulsos de luz intensa para tratar una gran variedad de patologías. Sin embargo, el IPL no es técnicamente un láser, ya que permite una amplia gama de longitudes de onda de luz, en lugar de una sola longitud de onda, lo que permite a los especialistas de IMR abordar estas patologías de forma rápida y mínimamente invasiva. El IPL funciona dirigiendo pulsos de luz intensa sobre la piel, que son absorbidos selectivamente por los pigmentos o vasos sanguíneos, lo que lesiona el tejido objetivo y desencadena una respuesta de curación y rejuvenecimiento. Por ese motivo, es perfecto para tratar lentigos solares, lesiones vasculares como las telangiectasias o cuperosis, así como para estimular la producción de colágeno, explica el Dr. Manuel Ballesteros. Entre las patologías más frecuentes estarían las pigmentadas y las vasculares: