“Para aprender, los estudiantes solo necesitan observar”, destaca la Dra. Angeline Lilard, profesora de psicología en la Universidad de Virginia, donde dirige el Laboratorio de Desarrollo Temprano, uno de los cuatro laboratorios de desarrollo infantil en el departamento de psicología de la universidad. También es la autora del estudio sobre bienestar en escuelas, en el que se determina que el bienestar sostenido es la clave de la educación.
El resultado de la investigación sobre bienestar en las escuelas Montessori, dirigido por la Dra. Angeline Lillard, pone de relieve que a la mayoría de los alumnos les entusiasmó aprender en su escuela. En el estudio realizado con una muestra de 630 exalumnos, procedentes de un total de 187 centros Montessori de todo el mundo, además de medir el grado de satisfacción del alumno con la pedagogía Montessori, se analizó el nivel de implicación y absentismo, respecto a escuelas públicas. La principal conclusión es que los centros Montessori presentan mucho menos nivel de absentismo que las escuelas tradicionales.
La importancia del bienestar sostenido en la escuela
El estudio de la Dra. Angeline Lillard destinado a analizar el bienestar sostenido en el tiempo, demuestra que el nivel de bienestar del alumno en una escuela Montessori es mucho más elevado. Si lo comparamos con el sistema tradicional, los alumnos de los centros Montessori se sienten mejor, prestan más atención a su trabajo, se involucran más socialmente, son más autónomos y se muestran más comprometidos con las cuestiones sociales. Asimismo, los resultados del estudio también ponen de relieve que el aprendizaje, en general, es mucho mejor; así como los resultados en comprensión lectora, matemáticas, estudios sociales y ciencias.
Una visión antropológica de la educación
La Dra. Angeline Lillard describe la educación desde una perspectiva antropológica; y, la compara con la enseñanza que se practica en poblaciones indígenas, fuera de la influencia de la civilización o de la colonización. En este sentido, señala que en estas culturas la vida del bosque se aprende sin lecciones; sin necesidad de disponer del conocimiento de un adulto; y, que los grupos aglutinan distintas edades.
En este contexto, los menores, simplemente, exploran. No hay quien les diga si deben sentarse o permanecer quietos. No hay nadie que les reconozca como personas independientes; que valore la adquisición de determinados conocimientos o conceda premios. Todo ello, se asume de forma natural, a medida que uno crece; lo que, de por sí, constituye el impulso para seguir, puesto que el error está totalmente integrado en el proceso de aprendizaje.
A la vez, otro aspecto a destacar en el caso de las civilizaciones indígenas es la conexión que existe entre el aprendizaje y la dimensión espiritual y humana. Pues, también contribuye a reforzar los aprendizajes y actividades de forma natural.
En Occidente, en cambio, el aprendizaje está dirigido por un adulto; apenas hay actividad con el entorno; se escucha para aprender; se permanece sentado en sus sillas; se pide permiso para intervenir... “Y, todo ello, nos lleva a reflexionar sobre el modelo educativo que tenemos, para mejorarlo”, admite la Dra. Lillard.
Montessori, el método con más seguidores
En el año 2017, Cohen & Mehta analizaron métodos pedagógicos como el IB (con un total de 5.700 escuelas en el mundo); las escuelas Waldorf/Stainer (con 1092 y 1857 escuelas, respectivamente); así como el método Montessori (con 15.763 escuelas registradas). Pues, si bien métodos como Dalton, Summerhill-Sudbury, Freinet, Dewey, etc. han ido apareciendo y desapareciendo, la pedagogía Montessori ha sobrevivido en el tiempo. ¿Por qué? La Dra. Lillard tiene la respuesta: “Creo que el método Montessori ha sobrevivido porque está basado en la observación de los niños y les permite elegir en su entorno. Esto es lo más aproximado en la pedagogía natural, donde el niño aprende del entorno”.
Los 9 puntos fuertes del método Montessori
La Dra. Angeline Lillard destaca los nueve diferenciales del método Montessori: