La alopecia, definida como la pérdida progresiva de cabello, se ha convertido en una de las enfermedades crónicas más frecuentes a nivel mundial, afectando tanto a hombres como a mujeres. A diferencia de las caídas temporales del cabello, como el efluvio telógeno, esta condición se caracteriza por su progresión continua y, en muchos casos, por ser irreversible sin un tratamiento adecuado, tal y como explican desde Hospital Capilar, la mayor corporación del sector capilar.
Las causas de la alopecia son diversas, abarcando desde factores genéticos hasta enfermedades autoinmunes. Tal y como afirma la Dra. María del Carmen Soto, de Hospital Capilar, "la alopecia androgenética, la forma más común, tiene un fuerte componente hereditario. La sensibilidad de los folículos pilosos a los andrógenos, especialmente a la dihidrotestosterona (DHT), es el principal detonante de esta condición".
Otras causas frecuentes incluyen las alteraciones hormonales, como el embarazo, la menopausia o la disfunción tiroidea; los déficits nutricionales, sobre todo si se tienen niveles bajos de hierro, zinc o vitaminas como la D; así como algunos medicamentos, como los quimioterapéuticos, anticoagulantes y algunos antidepresivos.
En el caso de la alopecia areata, la doctora Soto añade que "es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca los folículos pilosos, causando pérdida de cabello en parches bien delimitados".
La detección precoz es clave para evitar que la alopecia progrese. Es por ello por lo que es importante prestar atención a determinados signos:
Por otro lado, para confirmar el tipo de alopecia y determinar su causa, se realizan pruebas específicas como:
A pesar de ser una enfermedad crónica, la alopecia puede ser manejada de manera efectiva con el tratamiento adecuado, dependiendo del tipo que sea:
Por último, “las formas más difíciles de tratar son las alopecias cicatriciales como el liquen plano pilaris, lupus eritematoso discoide, alopecia frontal fibrosante…, donde la destrucción del folículo es permanente, lo que dificulta la regeneración del cabello. En estos casos, las intervenciones buscan detener la progresión más que restaurar el cabello perdido”, concluye la doctora María del Carmen Soto.