La «piel fatigada» es solo la punta del iceberg cuando el estrés o la falta de sueño van de la mano. La liberación de noradrenalina, radicales libres o cortisol, sumados a una piel incapaz de detoxificarse y regenerarse por sí misma acrecientan el problema. La Dra. María Penalba, especialista en dermatología médico-quirúrgica de IMR, nos da las claves para entender su origen y hacerle frente con la mejor aparatología médico estética.
Radicales libres, noradranalina o cortisol son solo algunos de los términos que salen a relucir cuando el estrés y la falta de sueño entran a formar parte de nuestra vida. El resultado no puede ser más desesperanzador para nuestra piel, incapaz de detoxificarse y regenerarse durante el descanso nocturno, pide ayuda mostrando cinco indicadores de que no está funcionando como debe: acné, envejecimiento precoz, ojeras, descenso del colágeno e incluso sequedad e irritación cutáneas. Afecciones que, por suerte, se pueden prevenir prestando especial atención a sus primeros signos: el cutis fatigado. Esta terminología, explica la Dra. Penalba de IMR, se emplea para describir aquellas pieles con un aspecto opaco, signos visibles de cansando y falta de vitalidad. No se considera un diagnóstico médico como tal, pero nos ayuda a describir a todas esas pieles que sufren estas características.
A la hora de hablar del cutis apagado, añade la experta, es importante señalar que aquí juegan un papel muy importante los agentes que intervienen en lo que llamamos envejecimiento extrínseco. Es decir, aquel que tiene que ver con loshábitos de vida o agentes externos medioambientales. Por fortuna, podemos influir sobre los mismos. Algunos de los más comunes son la falta de sueño (durante el descanso la piel se regenera), el estrés, la deshidratación, la contaminación, los radicales libres que se regeneran, los malos hábitos alimenticios o la exposición solar.
Este tipo de pieles comienzan a acusar, añade, la falta de luminosidad, una textura desigual o áspera, que conlleva frecuentemente arrugas o finas líneas en su superficie, así como un tono de piel apagado e irregular. También se incluye dentro del término, las ojeras o la hinchazón alrededor de los ojos.
Como dermatóloga, explica la Dra. Penalba, uno de los mejores consejos que puedo dar para prevenir esa piel fatigada es realizar una correcta protección solar diaria con un fotoprotector de amplio espectro, pues el daño UV puede dañar las fibras elásticas y colágenas de nuestra matriz dérmica. Además, ser constantes en nuestra rutina cosmética personalizada puede ayudarnos a prevenir cierto grado de flacidez: utilizar exfoliantes químicos suaves (como alfa o beta-hidroxiácidos) para renovar la piel y mejorar su textura nos ayudará también a la penetración de otros principios activos reafirmantes como los péptidos o los retinoides. Por último, hablando de prevención, hay que destacar la importancia del estilo de vida saludable. Llevar a cabo una dieta equilibrada rica en antioxidantes, proteínas y omega-3 nos ayuda a sintetizar colágeno desde el interior. Contrariamente, el tabaco y el alcohol aceleran el daño oxidativo y la pérdida de colágeno, impactando negativamente en la calidad visible de nuestra piel.
Cuando hacemos oídos sordos a estos primeros signos – pérdida de luminosidad, arruguitas y ojeras – y seguimos acusando la falta de sueño o el estrés entran en juego otros factores que no solo inciden en la salud de nuestra piel, sino también de nuestro organismo en general:
En caso de que presentemos un cuadro de piel fatigada, la especialista incide en mejorar la luminosidad, restaurar la hidratación, estimular la renovación celular y proteger la piel del daño oxidativo con retinoides, péptidos biomiméticos, activos redensificadores como el ácido hialurónico o las ceramidas, además de vitamina C o resveratrol, por su capacidad para hacer frente al daño oxidativo.
Si necesitamos un efecto más intensivo o rápido, podemos complementar los tratamientos cosméticos en consulta con peelings químicos suaves, sesiones de radiofrecuencia o láser, aplicación de inductores de colágeno o mesoterapia con vitaminas para revitalizar la piel desde el interior. También recomiendo: