La alopecia nerviosa, también conocida como alopecia psicógena, es una forma de pérdida de cabello que se desencadena principalmente por factores emocionales o psicológicos, como el estrés extremo, la ansiedad o trastornos emocionales.
“Este tipo de alopecia afecta en torno al 3 y el 5 % de la población mundial y es más común en mujeres que en hombres, debido a que estas tienden a ser más propensas a sufrir estrés crónico o trastornos emocionales”, afirma la Dra. Carmen Orozco, de Hospital CapilarLa salud capilar no solo es un reflejo del bienestar general del organismo, sino que también puede verse afectada por el estado de ánimo o cuestiones emocionales. Tal y como explican desde Hospital Capilar, la mayor corporación del sector capilar, la alopecia nerviosa, también conocida como alopecia psicógena, es una forma de pérdida de cabello que se desencadena principalmente por factores emocionales o psicológicos, como el estrés extremo, la ansiedad o trastornos emocionales.
“En este tipo de alopecia, el cabello se cae de forma difusa, aunque en algunos casos puede haber parches específicos en el cuero cabelludo. De hecho, se diferencia de otros tipos, como la alopecia androgenética o la areata, porque su causa principal no está relacionada con factores genéticos o autoinmunes, sino con el estrés psicológico”, afirma la Dra. Carmen Orozco, de Hospital Capilar.
Por ejemplo, en la alopecia androgenética, la caída del cabello es gradual y generalmente sigue un patrón específico, mientras que en la alopecia areata, se observa pérdida de cabello en áreas redondas u ovaladas. Además, la alopecia nerviosa se puede desarrollar en un corto período de tiempo debido a eventos estresantes, y en ocasiones, es reversible al abordar el factor emocional.
Es importante destacar que las principales causas de la alopecia nerviosa están relacionadas con situaciones de estrés crónico, ansiedad, trastornos emocionales, depresión o incluso traumas psicológicos. “Factores como la presión en el trabajo, problemas familiares o personales, así como situaciones de vida difíciles pueden aumentar el nivel de cortisol, la hormona del estrés, lo que puede afectar a la salud capilar”, añade la Dra. Orozco.
Los principales signos que alertan sobre una posible alopecia nerviosa incluyen: pérdida del cabello repentina o parches en áreas específicas del cuero cabelludo; sensación de adelgazamiento generalizado del cabello; incremento de la caída del cabello tras un episodio de estrés intenso o prolongado; cambios en la textura o el grosor del cabello, haciéndolo más fino y débil.
“Se estima que la alopecia nerviosa afecta a, aproximadamente, entre el 3 y el 5 % de la población mundial, aunque la prevalencia puede variar dependiendo de factores como el entorno, el estilo de vida y la susceptibilidad individual al estrés. Es más común en mujeres que en hombres, debido a que las mujeres tienden a ser más propensas a sufrir de estrés crónico o trastornos emocionales”, subraya la experta de Hospital Capilar.
Principalmente, la prevención de la alopecia nerviosa está centrada en una correcta gestión del estrés. En este sentido, desde Hospital Capilar señalan algunas estrategias para prevenir la pérdida de cabello:
En caso de ser necesario recurrir a un tratamiento, además de la terapia psicológica y el manejo del estrés, también pueden ser efectivos los medicamentos, en determinados casos, tales como antidepresivos o ansiolíticos, para controlar el estrés y la ansiedad; así como tratamientos tópicos, ya que el uso del minoxidil puede ser útil para estimular el crecimiento del cabello, aunque este tipo de tratamiento es más efectivo cuando se combina con la resolución de los problemas emocionales.