Salud

IoT: el compañero invisible en cada etapa de nuestra vida

P.L.C. | Lunes 28 de abril de 2025

El Internet de las Cosas (IoT) se usa en hospitales, donde dispositivos optimizan la atención médica; en edificios, que regulan su consumo energético; en ciudades, que gestionan la movilidad; y en hogares, que mejoran la calidad de vida de los mayores.

Desde hospitales hasta hogares, el IoT optimiza la atención médica, mejora la calidad del aire y facilita la logística, transformando nuestro día a día.

Según el último Mapa del IoT de UnaBiz, la red con cobertura nacional ha alcanzado 5.444.908 dispositivos, un incremento significativo respecto a la edición anterior.



El Internet de las Cosas (IoT) nos acompaña a lo largo de toda la vida. Se utiliza en hospitales, donde dispositivos conectados optimizan la atención médica; en edificios, que regulan su consumo energético; en ciudades, que gestionan la movilidad de las personas; y en hogares, que mejoran la calidad de vida de los más mayores.

Aunque a menudo pasa desapercibido, su impacto es innegable: conecta, protege y transforma nuestro día a día de formas impensables. Su expansión se refleja en el último Mapa del IoT de UnaBiz, integrador de soluciones IoT, que muestra cómo la red con cobertura nacional ha alcanzado los 5.444.908 dispositivos conectados, un crecimiento de 470.477 respecto a la edición anterior. Cada vez más dispositivos forman parte de nuestra vida cotidiana, haciendo que el IoT sea un aliado invisible en múltiples ámbitos.

UnaBiz nos invita a reflexionar sobre esta presencia esencial a través de un decálogo que ilustra cómo la tecnología IoT nos acompaña en todas las etapas de la vida.

  • Bienvenida al mundo: En los hospitales, la tecnología juega un papel crucial para garantizar la seguridad y el bienestar de los recién nacidos. Sensores y dispositivos conectados monitorizan camillas, equipos médicos y material sanitario, asegurando que todo esté en perfecto estado y disponible. Esta supervisión constante no solo mejora la eficiencia hospitalaria, sino que también contribuye a un entorno más seguro para los bebés y sus familias.
  • Aire puro para los más pequeños: Piensa en un niño jugando en su guardería o estudiando en su colegio. Detrás de la escena, sensores IoT controlan la calidad del aire, la temperatura y la humedad, creando un ambiente saludable que reduce el riesgo de enfermedades respiratorias. Además, sistemas de monitorización ayudan a mantener estos espacios seguros, permitiendo que los más pequeños crezcan en un entorno protegido y optimizado para su bienestar.
  • El primer clic: Con el auge del comercio online, los adolescentes se convierten en consumidores activos. Detrás de cada pedido, una red de dispositivos conectados optimiza la logística y la cadena de suministro. Desde la gestión de inventarios hasta la planificación de rutas de entrega, esta tecnología asegura que los productos lleguen de manera rápida y en perfectas condiciones, satisfaciendo las expectativas de una generación acostumbrada a la inmediatez. Pero no todo es velocidad, hay que pensar en la seguridad. Aquí es donde entra en juego la ciberseguridad, para proteger tanto los datos personales como el dinero que gastas en cada compra.
  • Hogar, dulce hogar … inteligente: En la edad adulta, el hogar se transforma en un espacio inteligente. Sistemas de domótica permiten controlar la iluminación, la climatización y los electrodomésticos desde el móvil, mientras que los dispositivos de seguridad, como cámaras y alarmas conectadas, protegen el hogar. La gestión energética también juega un papel clave, ayudando a reducir el consumo y a promover un estilo de vida más sostenible.
  • Trabajar conectados: En el ámbito laboral, la tecnología conectada está revolucionando la forma en que trabajamos. Sensores en oficinas y fábricas monitorizan el uso de espacios, optimizan el consumo de energía y mejoran la seguridad de los empleados. En entornos industriales, el IoT permite el mantenimiento predictivo de maquinaria, reduciendo costes y evitando paradas inesperadas.
  • En cada rincón de tu ciudad o pueblo: En nuestras ciudades, el IoT está transformando la forma en que nos movemos. Coches conectados, sistemas de gestión del tráfico en tiempo real y aplicaciones de transporte compartido hacen que los desplazamientos sean más seguros, eficientes y menos contaminantes. Además, la logística urbana se beneficia de rutas optimizadas y entregas inteligentes.
  • Cuidar de quienes nos cuidaron: En esta etapa, muchas personas asumen el cuidado de sus mayores. Aquí, los dispositivos conectados se convierten en aliados indispensables. Localizadores GPS, pulseras de alerta médica y sistemas de monitorización remota permiten a los ancianos mantener su independencia mientras sus familiares tienen la tranquilidad de saber que están seguros. Además, soluciones para enfermedades crónicas, como la diabetes o la hipertensión, ayudan a gestionar la salud de manera preventiva.
  • Por un planeta más sostenible: La tecnología conectada también está al servicio del medio ambiente. Sensores IoT monitorizan la calidad del aire, el nivel de los ríos y el estado de los bosques, proporcionando datos valiosos para combatir el cambio climático. Además, sistemas de riego inteligente y gestión energética ayudan a conservar recursos naturales como el agua y la electricidad.
  • El último adiós: Incluso en la industria funeraria, el IoT está presente. Soluciones como la monitorización de ataúdes, el seguimiento inteligente de procesos y la gestión digital de registros aseguran un servicio más eficiente. La tecnología permite a las familias tener mayor transparencia y control durante momentos difíciles, garantizando que todo se maneje con el cuidado y la precisión que merece.
  • El IoT es mucho más que una tecnología: es un compañero silencioso que nos acompaña en cada momento, haciendo que nuestra vida sea más fácil, segura y conectada.

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