La antigua estación de Chamberí pertenece a la primera línea de Metro inaugurada en Madrid en 1919. Se clausuró el 21 de mayo de 1966, tras la decisión de aumentar la longitud de los trenes y ante la imposibilidad de alargar la estación. El diseño, también de Antonio Palacios, optó por una solución funcional muy simple en cuanto a recorridos y organización, y por unos acabados sencillos. Chamberí cuenta con una serie de carteles publicitarios que se conservan prácticamente tal y como fueron creados en la década de los años 20 y son uno de los grandes atractivos de la estación.
En cuanto a Ópera, durante la realización de unas obras de implantación de unos ascensores se decidió hacer un museo con los restos de la Fuente de los Caños del Peral, el Acueducto de Amaniel y el Alcantarillado del Arenal. El descubrimiento de estos vestigios se produjo en 1925, durante las obras de construcción del tramo Sol-Quevedo de la Línea 2 y del Ramal Ópera-Norte. Tras su rehabilitación, la estación de Ópera guarda el mayor museo arqueológico bajo tierra de Madrid, un espacio de 200 metros cuadrados donde se pueden ver restos arqueológicos de los siglos XVI y XVII.
El acceso a todas las sedes de Andén 0 es gratuito. A través de estos centros, el visitante puede conocer el cambio fundamental que Metro supuso para los habitantes de Madrid y entender la relación especial establecida entre el suburbano y la ciudad, a través del desarrollo tecnológico, la ingeniería, la estética publicitaria o el diseño.