Además de presentar buenos resultados en pacientes con antecedentes de arritmia ventricular grave o parada cardiaca recuperada, está indicado en personas con antecedentes de infarto de miocardio extenso o miocardiopatía dilatada grave que presentan un alto riesgo de sufrir una arritmia grave, así como en aquellas patologías que conllevan alteración de frecuencia o ritmo cardiaco, con alto riesgo de parada o muerte súbita.
El primer caso tratado con DAI por el Servicio de Cardiología del centro ha sido un varón de 60 años, que ha respondido de manera satisfactoria a la cirugía y se recupera con normalidad. Quienes llevan un aparato de estas características pueden hacer una vida prácticamente normal. Únicamente deben seguir revisiones específicas cada tres o seis meses y seguir las recomendaciones pautadas por su médico especialista.
La desfibrilación se basa en la aplicación brusca y breve de una corriente eléctrica de alto voltaje con la finalidad de detener y revertir esas arritmias que producen en el paciente una inestabilidad hemodinámica, es decir, un deterioro de los signos vitales que pueden llevar a una parada del corazón.
El DAI deja el este órgano y los vasos sanguíneos intactos y protege de forma fiable frente a la muerte súbita. El dispositivo lleva un electrodo que se coloca a través del sistema venoso hasta llegar al interior del ventrículo derecho. Se implanta en la parte izquierda del tórax, a la altura de la caja torácica, y el electrodo se conecta al generador que se introduce bajo la piel por debajo de la clavícula, de forma similar a un marcapasos.
El Hospital público Universitario Infanta Sofía atiende una población de más de 330.000 habitantes pertenecientes a los 54 municipios de la zona norte de la Comunidad de Madrid.