El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha tomado una decisión significativa al declarar la Dehesa de la Villa como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Paisaje Cultural. Este espacio, que se encuentra en el corazón de la capital, es el único bosque dentro de la almendra central y ofrece un relato histórico sobre el nacimiento y evolución de Madrid a lo largo de casi nueve siglos.
La Dehesa se extiende por 64 hectáreas en el distrito de Moncloa-Aravaca. Originalmente cubierto por encinas, este terreno ha sido transformado con el tiempo en un pinar, gracias a una repoblación iniciada en 1886 que introdujo diversas especies como pinos, acacias y fresnos, entre otros.
Un legado histórico
El origen de este emblemático espacio se remonta a 1152, cuando el rey Alfonso VI de León donó los terrenos a Madrid como recompensa por su apoyo durante la Reconquista. En el siglo XVII, bajo sus tierras se construyó el viaje de agua de Amaniel, que abastecía al Real Alcázar de Madrid.
La Dehesa alberga importantes vestigios patrimoniales que incluyen restos del Paleolítico Inferior del yacimiento Achelense, así como fragmentos del antiguo viaje de agua y construcciones relacionadas con la Guerra Civil. Estos elementos no solo destacan su valor histórico, sino también su relevancia botánica y patrimonial.
Valor social y comunitario
Aparte de su riqueza cultural e histórica, la Dehesa de la Villa posee un valor social significativo. Desde sus inicios, ha servido como un espacio público para los habitantes locales, lo que la distingue frente a otros parques históricos en Madrid. Este carácter accesible ha fomentado un vínculo especial entre los ciudadanos y este entorno natural.