¿Quién tiene tiempo para pensar en toallas cuando el café aún está humeando, el secador espera y el reloj parece correr más rápido que tú? Secarte con la misma toalla de pies a cabeza puede parecer un atajo práctico y hasta ecológico. Pero, amig@, ¿sabías que este pequeño gesto puede estar saboteando tu piel y tu glow natural? Spoiler: tu cara y tus pies tienen más diferencias de las que imaginas, y compartir toalla entre ambas zonas puede no ser el acto más higiénico del mundo.
Hablamos con la farmacéutica Belén Acero, titular de Farmacia Avenida América y experta en dermofarmacia y nutrición, para descifrar el misterio de las toallas. Nos contó por qué deberíamos pensarlo dos veces antes de usar una sola para todo, qué materiales son los mejores aliados para la piel y cómo evitar que ese trozo de tela, a priori, inocente se convierta en un imán de bacterias. Así que si estás buscando una excusa para mimarte más (y mejor), aquí la tienes.
Usar la misma toalla es un caldo de cultivo para bacterias
La principal preocupación de utilizar la misma toalla para el cuerpo y la cara es la transferencia de agentes patógenos. “Una toalla que se ha utilizado en el cuerpo puede contener bacterias, sebo y células muertas de la piel que pueden transferirse fácilmente al rostro, aumentando el riesgo de erupciones, brotes de acné, irritaciones o incluso infecciones”, advierte la farmacéutica.
Los pies, por ejemplo, pueden tener bacterias como Staphylococcus y Streptococcus, a menudo responsables de infecciones cutáneas. El ombligo también es una zona donde proliferan las bacterias (cerca de 2.300 especies según un estudio publicado en National Library of Medicine (NIH), la biblioteca de medicina más grande del mundo). A menudo olvidado durante la ducha diaria, favorece la proliferación bacteriana.
La farmacéutica Belén Acero recuerda que las infecciones cutáneas bacterianas “se desarrollan cuando las bacterias penetran en la piel a través de los folículos pilosos o de pequeñas heridas cutáneas causadas por arañazos, mordeduras, intervenciones quirúrgicas, quemaduras o quemaduras solares, entre otras muchas”. También existe el riesgo de infecciones fúngicas. Por ello, Belén Acero recomienda “utilizar una toalla limpia dedicada a cada zona para reducir estos riesgos. Más aún si tienes tendencia al acné u otras afecciones cutáneas como la psoriasis o el eczema”.
¿Cada cuánto debo lavar la toalla de baño?
Otra medida esencial para limitar la proliferación de bacterias es cambiar la toalla con regularidad. Según la farmacéutica, ”lo mejor es cambiar la toalla cada tres días. Las toallas absorben mucha agua y permanecen húmedas durante horas, lo que puede ser un caldo de cultivo para las bacterias”. Además, tanto si se trata de una toalla para la cara como para el cuerpo, es importante asegurarse de que sea de buena calidad. Cuanto más grueso sea el tejido, más absorbente será la toalla. En cuanto a materiales, la experta recomienda el algodón o el bambú”.
Otro consejo de la farmacéutica es “no frotar la piel directamente con la toalla, sino darle ligeros golpecitos para evitar irritaciones y picores. Cuando la piel aún esté ligeramente húmeda, aplica enseguida el producto de cuidado corporal para facilitar la penetración de los activos. Las toallas de microfibra también son muy populares en los últimos años, pero es mejor reservarlas para el cabello”.
Un cambio sencillo para una piel radiante
Si estás pensando que cambiar tu rutina de toallas es demasiado complicado, Belén Acero tiene un mensaje claro: el esfuerzo merece la pena. "Cuidar de la piel no requiere grandes sacrificios, pero sí prestar atención a detalles como este. Usar la misma toalla para todo el cuerpo puede parecer inofensivo, pero a largo plazo puede tener consecuencias negativas para la salud cutánea".
Además, este pequeño ajuste también puede convertirse en un momento de autocuidado. "Secar la piel con toques suaves, en lugar de frotarla, es un gesto que no solo previene irritaciones, sino que también deja una sensación más placentera. Y si después aplicas tu crema hidratante con la piel aún ligeramente húmeda, mejorarás la penetración de los activos".