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Un estudio alerta del auge de los trastornos de la conducta alimentaria por las redes sociales: “Las adolescentes son un grupo vulnerable”

jueves 20 de febrero de 2025, 10:49h
Un estudio alerta del auge de los trastornos de la conducta alimentaria por las redes sociales: “Las adolescentes son un grupo vulnerable”
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Influencers divulgadoras de dietas flexitarianas y de exclusión alimentaria por decisión propia, junto con intereses comerciales, están desdibujando el imaginario alimentario social.

Las TCA pueden aumentar cuando se asumen las creencias alimentarias en RRSS como verdades absolutas.

Las adolescentes asumen los hábitos de la madre, por lo que el rol de estas es esencial en la prevención de los TCA.

El auge de las redes sociales entre los jóvenes puede ir asociado de un aumento de exposición a posibles Trastornos de la Conducta Alimentaria, según alerta un estudio. Una situación peligrosa, sobre todo teniendo en cuenta que datos de UNIFEC cifran en más del 98% de adolescentes registrados en alguna de estas plataformas.

Yolanda Triviño Fernández, responsable de Educación Internacional y del Proyecto de Sostenibilidad Medioambiental de Highlands School El Encinar y bióloga, ha desarrollado este estudio donde ponen el foco en cómo las redes sociales han cambiado el imaginario alimentario social promoviendo dietas que pueden derivar en un TCA. Triviño ha contado con la colaboración de María Teresa López, catedrática de la Universidad Francisco de Vitoria.

Este estudio, que se encuentra entre los que más interés ha suscitado del congreso Citeen, tiene como título “Papel de la influencia del consumo de las redes sociales en el entorno de los hábitos alimentarios en jóvenes” y su objetivo es “estudiar el papel de redes sociales en los hábitos de los jóvenes desde una dimensión antropológica con la finalidad de explorar nuevas vías de actuaciones para prevenirlos”, y se puede consultar en: https://citeen.org/ponencia/papel-de-la-influencia-del-consumo-de-las-redes-sociales-en-el-entorno-de-los-habitos-alimentarios-en-jovenes/

“Las RRSS y muchos influencers hablan de todo tipo de dietas y dan muchos consejos nutricionales y recetas. Pero no siempre lo hacen bajo el conocimiento de una base nutricional adecuada para adolescentes en pleno desarrollo, o lo hacen eliminando parte de la información”, explica Triviño. “A ello se suman las campañas de marketing de las propias marcas, generando en su conjunto un ambiente muy peligroso para colectivos vulnerables”, detalla la experta.

Entre estos colectivos se encuentran las adolescentes en edad de desarrollo, muy expuestas a este tipo de contenido, bien directamente, bien a través de sus madres. Según este estudio el metalenguaje que se utiliza para la divulgación de contenidos contribuye a asumir unos imaginarios alimentarios que pueden derivar en un TCA.

Por ello, desde el estudio promueven varios cambios planteándose, en primer lugar, si debería existir un código ético para los creadores de contenido vinculados con la nutrición porque “la ausencia de regulación es clara”. “Pone en riesgo a grupos vulnerables como las adolescentes en edad de crecimiento porque las dietas promovidas en RRSS suelen tratar al cuerpo como una máquina hecha de piezas que pueden ser mejoradas o, reparadas”, critica la experta.

Según Triviño, las RRSS van en tendencia de olvidar la dieta mediterránea, que es aquella que favorece los hábitos más saludables. Y la responsabilidad tanto de las familias como de los colegios es mostrar su compromiso con la verdad, con la legislación y con la prudencia.

“Hay post que divulgan información incompleta o sensacionalista, basada en datos aislados para atraer seguidores. Existen leyes que ya penalizan la promoción de dietas milagrosas o naturales, o que carecen de respaldo gubernamental y científico”, recuerda.

Sin embargo, el punto más importante es el hecho de promocionar o estigmatizar alimentos que aseguran la salud eterna, la delgadez y la belleza, sin entender el impacto que estos contenidos pueden tener en grupos vulnerables. “Puede impulsar hábitos alimenticios no positivos. Hay que crear un imaginario alimentario más responsable”, detalla.

Este estudio intenta ver desde todas las perspectivas cómo se está creando este imaginario, cómo afecta a grupos vulnerables como las adolescentes y qué es lo que se puede hacer para fomentar hábitos más saludables y específicos para grupos en pleno desarrollo.

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