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Madrid realiza sondeos en la nieve para prevenir aludes

lunes 24 de marzo de 2025, 17:26h
Madrid realiza sondeos en la nieve para prevenir aludes
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La Comunidad de Madrid lleva a cabo anualmente medio centenar de sondeos en la nieve en áreas montañosas para evaluar su estado y prevenir el riesgo de aludes. Este trabajo es realizado por el Cuerpo de Agentes Forestales, quienes utilizan herramientas especializadas para medir temperatura, humedad y analizar las capas de nieve. Los datos obtenidos son fundamentales para elaborar un boletín semanal que informa sobre el nivel de riesgo de aludes, crucial para montañeros y servicios de emergencia. Además, la información se comparte con el Canal de Isabel II para estudiar el impacto del deshielo en los embalses.

La Comunidad de Madrid lleva a cabo anualmente un despliegue de aproximadamente cincuenta sondeos en zonas montañosas para evaluar el estado de la nieve, determinar el riesgo de aludes y analizar el impacto del deshielo en los ríos. Esta labor es supervisada por el Cuerpo de Agentes Forestales autonómico (CAF).

Monitoreo en la Sierra de Guadarrama

Cada semana, generalmente los miércoles durante la temporada invernal, los especialistas se desplazan a lugares del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, como los picos Cabeza de Hierro, Peñalara y El Nevero. Estas áreas suelen tener una considerable acumulación de nieve. Debido a su lejanía respecto a las pistas y caminos, los agentes utilizan equipo especializado que incluye esquíes, raquetas y cascos para acceder a estos puntos elevados y difíciles.

Para llevar a cabo sus estudios, emplean herramientas como termohigrómetros, que miden temperatura y humedad del aire, así como lupas y palines para examinar diferentes estratos de nieve. Cada análisis se compone de tres partes fundamentales, incluyendo catas que alcanzan aproximadamente un metro y medio de profundidad.

Metodología detallada

El primer paso consiste en completar una ficha meteorológica que registra datos como la temperatura, fuerza y dirección del viento, además de observar dónde se acumula la precipitación y si hay formación de cornisas o hielo en superficie.

La segunda fase implica identificar las distintas capas de nieve, evaluando su densidad, contenido de aire, dureza y humedad. Esta información es crucial para entender cómo interactúan entre sí las capas y prever posibles incidentes. Posteriormente, se realizan pruebas de estabilidad que consisten en aislar bloques helados y aplicar diferentes presiones para evaluar su comportamiento bajo el paso de esquiadores.

Boletín semanal sobre riesgos

Los resultados obtenidos se envían a la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), que analiza la información recopilada y produce un boletín semanal sobre el riesgo de aludes. Este informe clasifica el nivel de peligro en una escala del 1 al 5 e indica las cotas donde podrían ocurrir estos fenómenos.

Dicho boletín está disponible en la página web de AEMET y resulta esencial para montañeros, excursionistas y servicios de emergencia. Además, los datos recogidos son utilizados por técnicos del Canal de Isabel II para estudiar cómo un posible deshielo podría afectar el caudal de los embalses gestionados por esta entidad pública.

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