La alcaldesa ha acudido a la residencia acompañada por la concejal de Familia, Asuntos Sociales y Mujer, Beatriz Pérez Abraham y familiares del vecino que, junto a su hermano Celedonio, ha donado a Pozuelo una máquina que producía 500.000 ladrillos al año. Conocida popularmente como galletera estuvo funcionando entre 1953 y 1959 en la fábrica de su propiedad. Es la única que queda de la antigua industria local y ahora restaurada, gracias a la colaboración de la Asociación Cultural La Poza, puede verse en el Aula de Educación Ambiental.
Paloma Adrados ha intercambiado opiniones con el centenario y ha conocido algunos detalles de su vida. En su juventud Francisco Cortés, hijo de uno de los primeros comerciantes de Pozuelo -el Tío Rosario-, fue militar y trabajó para el Ayuntamiento.