"Ciclable" es el vocablo que se aplica para definir el concepto integrador de esta vía. La idea de "integración" es, precisamente, uno de los principales referentes del proyecto Madrid Río, que se ha trasladado a todos sus ámbitos: integración de la ciudad con su río, de los barrios de ambas márgenes, de los espacios verdes del norte con los del sur y, también, integración de los peatones que recorren el parque caminando, con los que pasean por él en bicicleta.
De acuerdo con este criterio integrador, la senda ciclable de Madrid Río se ha diseñado como un espacio de convivencia y tolerancia entre ciclistas y peatones.
La Ordenanza de Protección del Medio Ambiente Urbano determina que la entrada y circulación de vehículos en los parques será regulada de forma específica mediante la correspondiente señalización y, de acuerdo con ello, se está ejecutando actualmente un completo proyecto de señalética, en el que tiene especial relevancia la señalización, tanto horizontal como vertical, de la senda ciclable de Madrid Río.
En esta señalización se definen las condiciones fundamentales de la senda: su prioridad peatonal, la advertencia a los ciclistas para que tengan las máximas precauciones en sus desplazamientos, y la recomendación de no superar la velocidad de 6 kilómetros por hora. El respeto de estas condiciones es lo que permite que la senda sea un espacio seguro de convivencia, en el que la bicicleta se utilizará exclusivamente como vehículo para el paseo a una velocidad muy reducida.
La opción de delimitar una banda exclusiva para ciclistas en la senda actual supondría un incremento del riesgo para los peatones en el previsible caso de que invadieran esa banda, dada la velocidad que las bicicletas podrían llegar a alcanzar en una franja exclusiva para ellas. La solución adoptada pone por tanto la seguridad como condición prioritaria, algo que está previsto en la legislación cuando se define a la senda ciclable como la opción más pertinente y segura en parques y jardines.
La senda ciclable de Madrid Río supone un paso más en la formación de la cultura de la bicicleta que que se está consolidando progresivamente en la ciudad, donde existirán ámbitos reservados en exclusividad para este vehículo, cuando el espacio público disponible lo permita y dentro del sistema de movilidad y transporte de Madrid, y otros en los que la bicicleta deberá compartir espacio con el peatón, como ya sucede, desde hace mucho tiempo, en otras capitales europeas.
Fuente: Europa Press