En España, la prevalencia de la soledad crónica o frecuente se estima en un 6,5% para personas entre 30-59 años, un 4,4% para personas menores de 30 años y un 11,5% para personas mayores de 60 años2
El 57,3% de las personas que sufre soledad es por falta de apoyo familiar, y el 10,5% de ellas la sufre tras dejar de convivir con alguien1
Los sentimientos prolongados de soledad y aislamiento social pueden reducir las capacidades cognitivas, como la concentración, la toma de decisiones, la resolución de problemas e incluso la capacidad de cambiar los pensamientos negativos, pudiendo derivar en depresión3